La verdad es que, hasta hoy, he estado dudando si estar a favor, o no, de la candidatura de Madrid 2016, en el fondo mi única razón para estar en contra (razón de peso) era ver la cara que se le iba a quedar a Gallardón (alias Mr. Scrooge) cuando nos digan que no (si nos lo dicen), después de casi dos legislaturas en que ha abandonado muchas necesidades de la ciudad para centrarse en lo que, considero que es un proyecto de ego personal.
Pero reflexionando y escuchando a mucha gente he decidido que la ciudad que tanto quiero y que tanto amó mi padre se merece ver hecha realidad esa corazonada, aunque a mí las olimpiadas me sigan dando un poco igual.
Como para decidirme, he estado leyendo cosas y acudiendo a la hemeroteca (digital, por supuesto) he rescatado las noticias del informe de los miembros del COI sobre la candidatura, del día 2 de septiembre, y he recordado con vergüenza, lo que ya leí en su momento, que uno de los aspectos peor valorados de la candidatura de Madrid habían sido las presentaciones. Es decir, que la hemos cagado a la hora de presentar el proyecto.
Llevo muchos años presenciando presentaciones nefastas en algunas empresas, por la necesidad de sacar a tal o cual director al escenario, que ni sabe presentar ni lo quiere aprender. Llevo muchos años viendo a profesores, que si bien son excelentes investigadores son pésimos docentes y no saben enganchar con los alumnos que tratan de seguirles a duras penas; y, por desgracia, comienzo también a ver, cada vez más, en informativos, a rostros, que, si bien, son muy atractivos, apenas saben expresarse sin ayuda del teleprompter (la chuleta que leen). Pero confiaba en que, en un evento tan importante como este, lo de las presentaciones lo teníamos superado y lo íbamos a cuidar un poco. Ignoro si cuando vinieron los miembros del COI, presentaron el proyecto profesionales de la comunicación, expertos en presentar y persuadir, o políticos y ejecutivos acostumbrados sólo a presentar en entornos fácilmente persuadidles y ansiosos de alimentar su ego, pero me da que fue esto último. Qué pena no haberlo sabido antes y haberles vendido unos cursitos de presentaciones eficaces que me habían venido muy bien en esta época de crisis.
Parece ser que, a Copenhague, se han ido unos días antes para ensayar, y espero que lo hagan y que lo hagan bien. Y confío en las labores de lobbie en la corta distancia de la delegación, porque la verdad es que cuando escucho a Su Majestad o a ZP o a la Espe hablar en público, magos, lo que se dice magos, de la persuasión de masas no son…
El caso es que como he decidido estar a favor de la candidatura de Madrid, espero que nuestros representantes (con gastos pagados) lo hagan lo mejor posible, que se lo curren y que lo consigan. Y aunque parece ser que preocupa mucho la presencia de Obama en Copenhague ,la verdad es que yo, en este aspecto estoy muy tranquilo, y es que confío en que cuando Obama vea a ZP se acuerde del disfraz de las niñas, se acojone y olvide el guión.
¡A por ellos!