Alguna vez he escrito, en este blog, que no soy demasiado aficionado a los conciertos multitudinarios, así que es difícil que me pilléis en uno. Sin embargo ayer hice una excepción, y me plante en un concierto, y además de rock (ya sólo me falta ir a un partido de futbol). No es que ayer quisiera hacer una terapia para rejuvenecer, ni que quisiera dar otra oportunidad a esa costumbre de dar botes en una pista señalando al cantante, y diciendo “qué bueno eres tío”, es que ayer el acto justificaba mi presencia por varios motivos.
Ayer seis de los despachos de abogados más prestigiosos del sector, Cuatrecasas GonÇalvez Pereira, Garrigues, Gómez-Acebo y Pombo, Uría Menéndez, Clifford Chance y Freshfields organizaron el concierto Rock in Law, un acto benéfico, a favor de la Fundación Padre Garralda – Horizontes Abiertos, en el que cada uno de los despachos presentaba una auténtica banda de rock integrada por profesionales de cada una de las firmas.
He de reconocer que la iniciativa me atrajo desde el momento en que me la comentaron en uno de mis cursos en Cuatrecasas, y no por mi afición musical, que es más bien escasa, sino por la forma tan original de juntar marca, responsabilidad social, orgullo de pertenencia y , en definitiva, buen rollo.
Así que me planté en la sala Riviera de Madrid, a ver que me encontraba, y he de reconocer que disfruté. Disfruté primero, por compartir rock y copas con gente con la que, hasta ahora, sólo había disfrutado experiencias profesionales. Disfruté, también, por la calidad de las bandas, que, para un neófito como yo, pasaban como autenticas bandas profesionales. Y disfruté, porque me encontré un fenómeno que me apasiona y es el de comprobar como firmas, que habitualmente son competencia entre sí, y que seguro que se pelean a muerte en los tribunales, son capaces de hacer algo juntos, por un buen fin, y además entusiasmando a su gente. ¿Qué más se puede pedir?
Cada vez estoy más convencido de que el que hoy compite contra mí, mañana puede hacer algo conmigo, y si ese algo, es, además, útil para alguien, no solo es posible, sino necesario. Por eso fui a Rock in Law, por eso disfruté del concierto, y por eso sigo creyendo que cuando las empresas son conscientes de todo lo que pueden devolver a la sociedad, pueden hacer auténticos milagros.
Enhorabuena chicos, os lo currasteis.