jueves, 30 de julio de 2009

Vacaciones Santillana

Estos días he leído en varios medios que, según una encuesta del CIS, ningún político llega a obtener una calificación de 5 en su gestión, en opinión de los ciudadanos (o sea de los accionistas). En principio no le había dado la menor importancia a la noticia hasta que me he dado cuenta que la escala de evaluación no era de 1 a 5, sino de 1 a 10. Es decir, ningún político, incluidos miembros (y miembras) del gobierno llega al aprobado en opinión de sus votantes, (o sea de sus clientes).
Lo bueno, es que, como son políticos, pues da un poco igual, y además, como estamos en verano, igual alguno de ellos (o ellas) se anima y se compra "vacaciones Santillana".
La mayoría de los profesionales nos enfrentamos regularmente a una evaluación de desempeño. Se trata de una “maléfica” herramienta inventada por los departamentos de Recursos Humanos que sirve para medir la calidad de trabajo de un profesional en su puesto. En ocasiones esta evaluación está vinculada con determinada toma de decisiones, como sueldo, bonos, promociones, etc. y, en el mejor de los casos, con acciones de desarrollo. En el caso de la evaluación llamada 360º participan clientes, colaboradores y compañeros además del jefe. Los profesionales de Recursos Humanos gastamos bastante esfuerzo en hacer ver a nuestros compañeros la utilidad de esta herramienta aplicada de forma correcta.
En mi caso, como autónomo, cada vez que finalizo una acción formativa, mis clientes deben de evaluar la calidad de mi acción.
Pues bien, creo que ninguna empresa privada de las que conozco, permitiría unas evaluaciones de profesionales o de proveedores por debajo del aprobado. No conozco profesionales que sigan en su puesto con “suspensos” reiterados en la evaluación del desempeño. En mi caso tengo clientes que prescindirían de mis servicios si mis evaluaciones bajasen de 8 puntos sobre 10, y mi propio nivel de exigencia me exige no bajar nunca de esa puntuación.
En mi mundo, tan solo conozco una excepción, la universidad pública, donde a la gran mayoría (no todos) de profesores titulares (los asociados somos otro mundo) les importa entre poco o nada lo que los alumnos puedan opinar sobre la calidad de su docencia, y lo peor es que a la propia universidad tampoco le importa demasiado, o al menos no hay acciones que demuestren lo contrario. Aunque pensándolo bien la universidad pública no deja de ser una organización política.
Hace un año saltó a los medios la noticia de que Nicolás Sarkozy iba a poner en marcha un sistema de evaluación de desempeño para sus ministros, basado en la consecución de objetivos. Creo que los ministros (y ministras) españoles todavía se están riendo…
En definitiva, que da un poco de vergüenza pensar, que los señores (y señoras) que deben de gestiona este país no aguantarían ni un día en una empresa, obteniendo la calificación que éstos genios obtienen. Que da vergüenza pensar que ni accionistas, ni clientes (o sea ciudadanos) consideran que sus gestores son capaces de hacerlo medianamente bien, y lo peor, o lo que más vergüenza da, es pensar que a ellos (y a ellas) les da igual.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Uno de los problemas es que a la casta política española no se le exigen unos mínimos. Me explico, por que a un becario de cualquier empresa, se le pide que sepa idiomas, sea titulado superior, master y si tiene experiencia mejor (un becario con experiencia!!!!); quizá habría que empezar por los “procesos de selección” de los dirigentes políticos y limitar el tiempo en el “sillón” para así evitar políticos “profesionales”.

la elfa dijo...

Es inadmisible, y como dices lo mas vergonzoso de todo es que les de igual!
Tambien creo que hay muchos en Espana desencantados y descontentos que si miran a izda y dcha, da lo mismo, solo ven a ineptos. Yo estoy un poco asi, y les daria un cate a casi todos (PSOE, PP y todos los demas). Seguro que no soy la unica.
Pero tu sigue como hasta ahora, aunque estoy segura de que podrias subirte el liston al 8,5 o 9 sin problema =)

Anónimo dijo...

Toda la razón. Es una vergüenza. Por cierto: ¿de verdad se le llama evaluación de desempeño? Me doy cuenta de que no conocía este término en español, a pesar de ser española... Me entristece pensar que por algo será.
(No me deja el sistema comentar con mi ID, así que lo hago como Anónimo a ver si cuela... http://nubesclaros.blogspot.com)

Frito, Huevo Frito dijo...

Lo tuyo sí que son vacaciones santillana... a ver si actualizamos...

Unknown dijo...

Nunca me han hecho una evaluación de desempeño, pero estoy segura de que si no llego al 5 en mi trabajo me "chutan a la p... calle" y perdón por la expresión, pero es así.

Desde luego no tiene nombre. Es una vergüenza, el problema es que de quién vas a fiarte, en este caso "a priori" del mal menor.

Es una pena la poca claridad en las comunicaciones, la terminología empleada para informar a los ciudadanos, deberían saber que con el bajo nivel de eduación que hay en este país la gente ni siquiera entiende lo poco que se sabe. Y lo que no sabemos porque al no entender entramos en un estado de pasotismo que favorece a la política, cuanto más pase la gente más maleable es...qué lástima!

Biquiños,

L.