En el imaginario popular ha quedado esa gran frase de Umbral ante una Mercedes Milá que entonces apuntaba maneras de periodista. Una frase sólo equiparable al “váyase usted a la mierda” de Fernando Fernán Gomez, de las que pasan a la historia cotidiana de una sociedad a la que le gusta ver a sus literatos al nivel del señor de barrio que desayuna café con leche y solysombra.
Frases que a todos nos gustaría repetir con la misma impunidad e ingenio de sus protagonistas, pero que nos conformamos con repetirlas, haciendo de ellas una mala copia. Pues bien, después de anunciarlo, durante más un mes, en facebook y aquí mismo, el otro día tuve la oportunidad, con o sin frase, de hablar de mi libro. El jueves 25 de noviembre Diana y yo presentamos nuestro libro La Nevera Vacía, rodeados de amigos, familia, y compañeros del mundo del management y los Recursos Humanos. Fue una presentación entrañable, y no, precisamente, por realizarse en la intimidad (calculamos unas 170 personas), sino por el buen rollo que se generó durante todo el encuentro.
Un local distinto y rompedor, con entrada de nave industrial destartalada, pero con interior acogedor y preparado para la ocasión (Studio Pradillo 54), y una banda de jazz, inmejorable, para acompañar una cerveza y una buena charla, daban la bienvenida a un acto, en el que, si te despistabas, te encontrabas con un imán de nevera (vacía) en el bolsillo, o con un mago (Ángel García) sacando cartas y humor de la chistera.
En el escenario, coordinados por nuestra amiga Beatriz Martín, desfilaron y llenaron de palabras el espacio, además de un servidor, una prologuista de lujo, Pilar Jericó, enseñándonos como los desiertos son necesarios, y acaban atravesandose con éxito, un divertido Jose María García de Tomás, director de RRHH del Real Madrid, recordándome mis compromisos incumplidos y dando un toque de optimismo a tanta crisis, y finalmente, Diana Clarke, mi compañera de fatigas, nombrando a aquellos lideres que nos han inspirado en nuestro camino.
Y en el patio de butacas, pocas butacas y mucha gente querida, un público animado y entrañable, respirando buen rollo y poniéndose hasta las trancas de canapés, que entre abrazos y palabras de afecto, nos hizo pasar una tarde inolvidable.
Yo hable poco de mi libro, a pesar de tener el impulso irrefrenable de soltar la frase de Umbral. Hablé ante todo de la capacidad humana para crear y aprovechar oportunidades en tiempos de incertidumbre, y, hoy, pasada la resaca, física y emocional, he de reconocer que generar y aprovechar la oportunidad de celebrar así el nacimiento de La Nevera Vacía ha sido para mí, sin duda (y espero que para Diana), el mejor regalo profesional de un 2010 cargado de dificultades.
Gracias, de corazón, a todas aquellas personas que, en cuerpo y/o alma estuvisteis acompañándonos. Nos vemos en la próxima.
(Pronto colgaré aquí y en el facebook de dosabrazos las fotos del acto)
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2 comentarios:
Enhorabuena Carlos, te lo mereces.
Me hubiese gustado esta en cuerpo, pero sabes que estuvo el alma :)
Un beso enorme
La presentación fue todo un éxito. Deberías hacer una al año! Así que ya sabes, ponte las pilas con Julio César...
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