domingo, 17 de enero de 2010

Y el séptimo día descansó

Qué juego me dan siempre las encuestas para el blog, y es que hay que reconocer que hay estudios muy divertidos.

Hoy me da por leer que, según el Observatorio de comportamiento humano en la empresa (OCHE) de Infova, el 50% de los directivos necesita el fin de semana para descansar mentalmente. Eso está bien, siempre he dicho (y Dios coincide conmigo) que los fines de semana son para descansar, aunque he de reconocer que hay veces que yo llego al lunes exhausto, (pero ese es otro tema y será comentado en otra ocasión). La verdad es que, a priori, este dato no me sorprende, pero tras una reflexión propia de domingo por la tarde me pregunto ¿y qué pasa con el otro 50%, ¿no están cansados? no sé si es que el fin de semana siguen rindiendo mentalmente, o por el contrario su desgaste mental durante la semana no ha sido lo suficientemente intenso como para necesitar un descanso (casi me inclino por esta última opción). Profundizando en el estudio encontramos algo de luz al respecto, los datos revelan que uno de cada cuatro directivos se lleva el trabajo a casa el fin de semana (espero que no hayan entrevistado a los jefes de bomberos), o sea que si se llevan el trabajo a casa, de descanso nada, y de familia tampoco, claro, de hecho, al parecer, a uno de cada tres, la parienta (o el pariente) se lo reprocha… Por otro lado la mitad afirman que les molesta que su gente se lleve trabajo a casa, que digo yo que tanto seguro que no les molesta.

Otro dato me preocupa más aún, el 32% de los directivos encuestados afirma estar cansado permanentemente (yo conozco a alguno), si permanentemente. Y os diré porqué me preocupa. Todo el mundo sabe que un trabajador cansado no rinde adecuadamente, lo vemos a diario en el deporte, y lo mismo pasa en las empresas, alguien fatigado no puede llegar a su nivel optimo de desempeño, no puede ser creativo, ni tener claridad de ideas a la hora de tomar decisiones. Es decir, parece ser, según este estudio que un 32% de nuestros directivos, bien por carga de trabajo, bien por falta de planificación, o bien por falta de gestión emocional viven permanentemente en un estado de bajo rendimiento permanente. ¿Es o no preocupante?

Y estamos hablando de directivos, es decir, de expertos (o al menos deberían serlo) en gestión de personas. Lamentablemente el panorama es ese, aún nos queda mucho por trabajar en la autogestión emocional de los líderes y directivos, y más aún en estos tiempos de crisis, donde se vive en permanente situación de estrés y es necesaria una atención especial a la situación emocional de las personas que trabajan en las empresas. Si los que tienen que dirigir no lo saben hacer desde la tranquilidad y el descanso, es posible que las sensaciones y los comportamientos no adecuados se repliquen hacia abajo en la escala jerárquica. Creo qué el tema es para reflexionar.

Y dicho todo, me voy a tirar en el sofá, que es domingo.

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