jueves, 28 de mayo de 2009

...en tiempos de crisis

La verdad es que esta historia de la crisis nos está viniendo muy bien a los que nos gusta escribir y dar conferencias. Podemos impartir, sin ningún pudor, las conferencias que ya hemos dado o republicar, con descaro, los artículos que ya han sido publicados. Lo único que tenemos que hacer es añadir en el título “en tiempos de crisis” y ya está, a vender como locos.

La semana pasada asistí a expomanagement, a ver a alguno de los mejores conferenciantes españoles en temas de liderazgo y Recursos Humanos (siempre he dicho que algún día acabaré allí), y creo que no exagero si os digo que más del 80% de las conferencias llevaban la palabra crisis en el título, independientemente de que el ponente en cuestión hiciese referencia a ella o no, que al fin y al cabo, eso es lo de menos, y en la mayoría de los casos contaban lo que cuentan siempre.

Así que yo no soy menos y he creado mi conferencia “Gestión de personas en tiempos de crisis”, que hoy he tenido la oportunidad de impartir en Barcelona con gran éxito de crítica y público (al menos eso quiero pensar yo, para no minar mi autoestima), y que, a lo largo del próximo mes, impartiré en Madrid, Bilbao y Murcia –sí, he dicho Murcia-. Además hoy me han dicho los organizadores que si la crisis continua (que espero que sí), posiblemente la pueda realizar en tres ciudades más, a la vuelta del verano.

En mi charla, que os prometo que está diseñada para la ocasión y no es reciclada, cuento eso de que en toda crisis hay una oportunidad, y desde luego que la hay, para mí al menos que tengo la oportunidad de hablar de la crisis y vender la conferencia. (Y si no que se lo pregunten a los contertulios de radios y televisiones, que se están forrando con la dichosa palabra).

Sé que el tema es serio, pero si me lo tomo con este humor, es porque después de lo que he pasado a principios de año, sigo pensando que tenemos que desdramatizar, y dar importancia a lo realmente vital.

No obstante, entre tanta conferencia, en julio tendré tiempo libre para apuntarme a un curso de esos gratuitos que nos dan a los autónomos. Es un curso de fotografía, pero lo mejor es que ayer cuando vi el título, me di cuenta de lo útil que va a ser, creo que se llamaba “Fotografía digital…en tiempos de crisis”

martes, 28 de abril de 2009

Sueños cumplidos II

Atendiendo a vuestras peticiones...

domingo, 19 de abril de 2009

Sueños cumplidos

Cuando era pequeño paseaba mucho con mi padre por el Madrid de los Austrias, le encantaba llevarme y contarme historias de su vida en ese barrio, al fin y al cabo, había nacido en la calle Bordadores, y le gustaba compartir conmigo una infancia, que, a pesar de haber estado marcada por la guerra, recordaba con nostalgia y cariño.

Siempre que pasábamos por la Iglesia de San Ginés me repetía la misma historia, “Fijate, en esta Iglesia nos bautizaron a Quevedo y a mí, pero, claro, a mi no me pusieron placa”…y una y otra vez yo escuchaba divertido la misma historieta, como también lo hacían mi madre y mis hermanos, cuando disfrutaban de esos maravillosos paseos con él.

Un día alguien muy especial me dijo “Tu padre debería tener su placa en San Ginés” y yo pensé “la tendrá”... Pero el tiempo pasó y, como casi siempre, dejamos cosas importantes sin hacer, creyendo que la vida no caduca, y que todo se puede posponer, y el 13 de febrero de este año, como ya sabéis, mi padre falleció, sin haber tenido su placa… Así que, con una mezcla de inmenso cariño y de deseo de aprovechar tiempos perdidos, le hice una promesa a mi padre el día de su misa de acción de gracias, “Papá, tendrás tu placa en San Ginés”.

Madrid es mágico, especial, es una ciudad que te puede dar lo mejor y lo peor de sí misma. Con mi padre aprendí a disfrutar de lo mejor de Madrid. Madrid no es tan sólo una ciudad es un espacio de vida, un lugar fascinante, seductor, en el que los sueños se pueden hacer realidad…

Y como creo en esa magia castiza, deseé con todas mis fuerzas ver un día esa placa cerca de la que homenajea a Quevedo, y hoy, 83 años y un día después del bautismo de mi padre, como por arte de magia (una magia que sólo dan los amigos de verdad) aparecía, de forma misteriosa, una placa recordando al que fue un hombre de barrio, un hombre sencillo, de esos a los que no solemos homenajear porque nunca nos paramos a valorar el merito que tienen, o han tenido, sus vidas. Hoy, como por arte de magia, había una placa en la Iglesia de San Ginés, que hacía que mi padre gozase, durante las 8 horas que ha durado el sueño, del mismo reconocimiento que el gran Quevedo.

Gracias a todos los que, de una forma u otra, habéis participado de este sueño.

lunes, 23 de marzo de 2009

¿Atención al cliente?

Parece ser que en los últimos años las empresas se están esforzando por optimizar sus prácticas de atención al cliente, o al menos por mejorar la percepción que el cliente tiene de dicha atención.

Esto se traduce en acciones de formación, decálogos, códigos de buenas prácticas, y, sobre todo, en los conocidos cuestionarios de satisfacción.

Ignoro el uso en la práctica de estos cuestionarios, pero en la teoría se trata de recoger las opiniones del cliente para establecer futuras acciones de mejora y sobre todo para fidelizar así a los clientes e impedir que se vayan con la competencia.

Pues bien, ayer recibí una encuesta de satisfacción de una empresa que, al parecer, pretende fidelizarme. Hasta aquí nada raro, si dicha compañía no fuese la Empresa Mixta de Servicios Funerarios. (Sí, la funeraria me ha mandado una encuesta) Que no digo que no valoro su esfuerzo por hacer bien las cosas en temas tan delicados, pero, por favor, que no me fidelicen.

La verdad es que, de primeras, ya resulta chocante que una funeraria pase una encuesta de satisfacción, pero a medida que uno va leyendo el cuestionario, el estupor aumenta por momentos. En el susodicho documento me preguntan cuestiones tales como mi opinión sobre el catering (si lo hubo), o la cafetería, que digo yo, que ese día no estaba yo con el paladar muy exquisito, la verdad, como para hacer una crítica gastronómica en condiciones. Me preguntan, también, mi opinión sobre la presentación del coche funebre, que ya les diré que es de agradecer que fuera oscuro, estuviese limpio y no lo hubiesen tuneado. Pero, sin duda, la pregunta que más me ha llamado la atención ha sido: “¿Qué impresión le han causado nuestras instalaciones?”... A ver, ¿Qué quieren que les diga? ¿Que la impresión fue muy positiva desde el momento en el que entré? ¿Que me han parecido maravillosas, con mucho estilo, y que estoy deseando volver?...

Si no es que me parezca mal que me pregunten, que no me lo parece, entiendo perfectamente que una funeraria es una empresa más. Y en mi caso, además, tiendo a tomarme estos temas con un cierto sentido del humor. Lo que digo es que, teniendo en cuenta que su negocio es la muerte, y que la muerte implica siempre dolor, considero que el genio de marketing, que ha ideado esta encuesta, debería desarrollar más su empatía, reflexionar un poquito, y plantear las preguntas de una forma mas acorde con el servicio prestado, porque como sigan en esa línea, a mí, desde luego, ¡no me fidelizan!

viernes, 6 de marzo de 2009

Y yo ahora, ¿Qué les cuento?

Hoy he vuelto a la uni, en diciembre acabé las clases con mis alumnos de LADE y Relaciones Laborales, y hoy he tenido, con algunos de ellos, un pequeño seminario sobre presentaciones. Al terminar, me he quedado charlando con ellos, (que, confieso, es lo que más me gusta de mi labor docente) y he tenido que escuchar, por segunda vez en unas semanas, como uno de mis alumnos me pedía consejos para ayudar a su padre, que se había quedado en paro.


Camino de casa me he puesto a pensar en la gran ironía de mis clases. He estado tres meses hablándoles de la escasez del talento, de la guerra de las empresas por reclutar a los mejores, de cómo las compañías se rifan a los profesionales y tratan de fidelizarles cueste lo que cueste, y ahora resulta que lo que les toca vivir algunos de ellos es ver como las empresas dejan en la calle a sus padres, porque los accionistas no quieren dejar de ganar dinero (y no hablo de perder), y como el esfuerzo de los empresarios se reduce, en muchas ocasiones, a los intentos por lograr del gobierno políticas que abaraten los despidos.


El año que viene me tocará dar clase sobre la misma materia a otros grupos, pero, cuando llegue el momento… ¿Qué les cuento? ¿Les cuento que es importante el compromiso? ¿Qué deben aceptar una beca de 300 euros para aprender y formarse y ocupar así el puesto de un profesional que ganaría 5 veces más? ¿Les cuento que los gestores de RRHH aportan valor añadido a la empresa? O les cuento que mientras todo va bien, todas las políticas son buenas pero que, en tiempos de crisis, todo lo que nos han vendido (y que yo les vendo) sobre la guerra por el talento es una farsa que no vale para nada?


La verdad es que no se como lo haré, pero mucho tienen que cambiar las cosas para que yo les pueda contar el mismo cuento (el mismo texto) sin pedirles que, después del examen, se olviden de todo y sin decirles -como un secreto- que, en realidad, son pocas, muy pocas las empresas (que haberlas haylas) que se ocupan, de verdad, de las personas. Sinceramente, no se qué les contaré.


(Y luego me dirán los profesionales de selección que estas generaciones que salen de la universidad no quieren comprometerse con las empresas… ¿Acaso las empresas quieren comprometerse con ellos?)

jueves, 19 de febrero de 2009

Gracias Papá

El viernes, 13 de febrero, a las 19:00 horas mi particular crisis llegó a su fin , para dar lugar a una aún más profunda y más desconcertante. El viernes murió el hombre que me había dado la vida, el hombre que me había entregado la suya, el viernes murió Pepe, mi padre.

Despues de 25 días en el hospital, en los que las cosas se complicaban día a día, mi padre se fue, de una forma muy discreta, tal y como había vivido, sin ruido, sin molestar...

Han sido 25 días muy intensos en los que mi crisis entraba y salía de la recensión continuamente y de forma desconcertante, y en los que yo me empeñaba en buscar unas oportunidades y una alegría que al final encontré. Durante 25 días (como un calendario de Adviento) he tratado de recuperar tiempo perdido, y me he aferrado a la única mano que podía mover para demostrarle cuanto le amaba.

Hace días escribí un comentario en el blog de La Elfa en el que decía lo siguiente: "Estos días estoy descubriendo la mano izquierda de mi padre. Con ella me dice que le molesta la luz, que le apague la tele o que le levante la cama. Con ella me saluda cuando llego y me despide al irme, y con ella se aferra a la mía cuando se siente derrotado y toca la desesperanza. A través de ella le mimo, le consuelo, le acarició, le masajeo, a través de ella le digo que le quiero con locura.

Cuantas veces habré ido agarrado de esa mano, mientras me llevaba a ver el rastro, el Madrid de los Austrias, la Iglesia de San Ginés, o cuando me llevaba a tomar gambas al abuelo..., y sólo hoy, más de 30 años después he descubierto lo que significa para mi, para nosotros, esa mano...

No imagino mayor cruedal que la de no tener esa mano izquierda entre las mías para adorar al hombre que me dió la vida
."

Pues bien, hoy siento la crueldad de no tener esa mano, hoy siento como me la han arrebatado, pero siento la enorme alegría de haberla disfrutado durante 38 años y la enorme gratitud de haber tenido en mi camino un buen hombre que me ha llevado de la mano a ser lo que soy.

Gracias Papá.

(También quiero daros las gracias a todos los que estos días me habéis transmitido vuestro apoyo, gracias de corazón.

Notaréis que he establecido un filtro de comentarios en el blog. No es mi estilo, pero estaba recibiendo últimamente comentarios poco apropiados al momento que estaba viviendo y con este tema no me apetece aguantar ciertas cosas. Espero que me perdonéis)

domingo, 8 de febrero de 2009

Oportunidades

Dice ZP que la crisis es un estado de ánimo. No estoy muy de acuerdo (en esto tampoco), pero, si que es verdad, que las crisis tienen que ver mucho con los estados de animo, y viceversa. Una crisis puede incidir directamente de forma negativa en un estado de ánimo, y un estado de ánimo negativo puede magnificar la existencia de la crisis. En esa relación bidireccional la Inteligencia Emocional y las actitudes juegan un papel fundamental en la autorregulación del ser humano. A menudo pregunto, en mis cursos, si una actitud es algo que elegimos o es algo que surge de forma espontánea (y casi inconsciente) ante determinados “estímulos” o “sucesos” externos. Casi siempre llegamos a la conclusión de que la actitud la podemos elegir, si bien, cuanto mayor afecte a nuestro estado de animo el “evento externo” en cuestión, más difícil es de adoptar dicha actitud. Hoy me doy cuenta también que cuanto más duro es el “evento” más importante es elegir de forma adecuada la actitud.


Los que me leéis habitualmente sabéis que ando en días de crisis, que parece que se complican, en vez de aclararse, y digo parece, porque uno no solo no sabe donde está el final del túnel, sino que además, (y esto es lo más desconcertante) es que no sabe a donde llega el túnel. Así que ando en días de elegir cuidadosamente actitudes de las que yo, en los cursos, llamo no autohirientes y que, de ahora en adelante llamaré terapéuticas, pues considero que los efectos sobre el estado de ánimo de este tipo de actitudes positivas son absolutamente beneficiosos.


En el último post os hablé de los chinos y de su doble visión de la crisis, con ellos descubrimos que toda crisis genera oportunidades, pues bien, yo en esta crisis de 2009 ya estoy descubriendo oportunidades, y como estoy en época de compartir, os comento alguna de las oportunidades que la “crisis” me ha hecho descubrir y aprovechar:


- Me he apuntado a defender la alegría (eso ya os lo había contado)

- Estoy comprobando la verdadera utilidad del networking

- Estoy aprovechando para hacer aquello (de verdad importante) que tenía que haber hecho y que, a veces, no hice

- Estoy redescubriendo que la entrega gratuita está altamente recompensada

- Estoy comprobando el verdadero valor de la retribución emocional causada por la motivación intrínseca

- Estoy comprobando la importancia de que exista buena gente (gente buena) a tu alrededor

- Estoy viendo profesionales vocacionales absolutamente entregados en lo que hacen


En fin, que no me puedo quejar, (o sí), pues a día de hoy soy capaz de regular mi estado de ánimo y de aprovechar unas oportunidades, que en muchos casos, considero un lujo. Podrán venir tiempos peores, o quizá mejores, pero no dejaré que los sucesos externos decidan mi actitud, pues tengo claro que de esta crisis saldré reforzado.

sábado, 24 de enero de 2009

Seguir defendiendo la alegría

Hoy me he tocado acordarme de una canción, o más bien de la frase de una canción, que canta Sabina "como si me quisiera gastar el destino una broma macabra..."

Quizá me he acordado porque, personalmente, estoy pasando por un momento crítico de los que comentaba en mi último post, y el destino ha querido seguir con su "broma macabra", como si quisiese retarme a cumplir de verdad las palabra que el día 22 escribí (Dicen las malas lenguas que los consultores no aplicamos lo que escribimos ni lo que enseñamos en los cursos).

Así que hoy me veo obligado a seguir defendiendo la alegría como una trinchera, y no sólo a defenderla sino a tratar de contagiarla.

En algún curso me dijeron que los chinos utilizan la misma palabra para decir crisis y para decir oportunidad, ignoro si me engañaron, pero yo decidí creérmelo. (También soy de los que creo que el día que salten todos los chinos la hemos liado, pero ese es otro tema) El caso que yo ya intuía que el 2009 vendría con crisis, y que hoy estoy en proceso de asimilarlas como oportunidades que me/nos refuercen, y estoy convencido (o quiero estarlo) que, aunque con estas crisis, perdemos muchas cosas, es posible ganar otras que, en ocasiones, no sabíamos ya por donde andaban, porque nos habíamos olvidado incluso de que existían y no nos molestabamos en buscarlas.

Así que ya sabéis, cuando os hablen de crisis, pensad sólo en las importantes, las demás no valen la pena, y pensad en los chinos, que mientras ellos no salten todo va bien.

jueves, 22 de enero de 2009

Defender la alegría

Hoy no me puedo quitar de la cabeza la poesía "Defensa de la alegría" de Mario Benedetti.
Estoy convencido de que la alegría y el buen humor son motores de cambio fundamentales en las personas y en las organizaciones. Hoy sufrimos tiempos críticos, de cambios que no siempre son buenos, turbulentos, y a veces tristes, y es, en estos momentos, donde es más necesario que nunca defender la alegría, hacer gala del buen humor y reírse de aquello que alguna vez nos preocupó.
Hoy, también, me doy cuenta de que, en algunos sectores, hay profesionales de la alegría, personas que conviven con el dolor y con la desesperanza y que, a pesar de ello defienden y transmiten el buen humor. Personas que ignoro si tuvieron un expediente brillante o no, si fueron, o no, el número uno de su promoción, pero que defienden la alegría como la columna vertebral de su trabajo y son capaces de hacer más sencilla la vida a algunas personas.
Hoy me siento de buen humor, por ganas y por necesidad. Hoy siento que no hay crisis que se supere sin alegría y sin sentido del humor, y aunque no son estos los únicos factores, son esenciales para salir reforzado en determinados periodos.
Hoy os invito a sonreír, os invito a leer esta letra de Benedetti y os invito a estar de buen humor si estáis en un momento crítico. Hoy "me apunto" a defender la alegría.

Defender la alegría como una trinchera
defenderla del caos y de las pesadillas
de la ajada miseria y de los miserables
de las ausencias breves y las definitivas

defender la alegría como un atributo
defenderla del pasmo y de las anestesias
de los pocos neutrales y los muchos neutrones
de los graves diagnósticos y de las escopetas

defender la alegría como un estandarte
defenderla del rayo y la melancolía
de los males endémicos y de los académicos
del rufián caballero y del oportunista

defender la alegría como una certidumbre
defenderla a pesar de dios y de la muerte
de los parcos suicidas y de los homicidas
y del dolor de estar absurdamente alegres

defender la alegría como algo inevitable
defenderla del mar y las lágrimas tibias
de las buenas costumbres y de los apellidos
del azar y también, también de la alegría.

(Mario Benedetti)

sábado, 10 de enero de 2009

Frío sobre el frío

Ayer también nevó en el otro Madrid, en la ciudad dentro de la ciudad, allí la nieve está sobre el marmol, el frío sobre el frío.


Cementerio de la Almudena. Madrid









Cementerio civil. Madrid






viernes, 9 de enero de 2009

¡Nieva!

Como dicen en los medios, hoy la actualidad manda, y una imagen vale más que mil palabras.

Tenéis más fotos en http://picasaweb.google.es/dosabrazos/NieveEnSanchinarro#










lunes, 5 de enero de 2009

¡Bienvenidos!

Leo en la Gaceta de los Negocios, que, según un estudio de la empresa Personality Media, los Reyes Magos generan más confianza en España que Papá Noel, y son los preferidos por los Españoles (Si bien en Barcelona casi empatan con el gordo de Cocacola). Supongo que el motivo es fácil de deducir, Los Reyes Magos existen y el otro no...es obvio.

Esta tarde iré a la cabalgata de Madrid, y veré como Sus Majestades Los Reyes Magos de Oriente desfilan en sus carrozas por el Paseo de la Castellana, esta tarde les miraré a ellos, y miraré a la gente, esta tarde veré en los ojos de los madrileños, niños y grandes, las mirada de ilusión y de asombro que genera una noche tan mágica como esta. Esta tarde creeré de nuevo en Sus Majestades (nunca he dejado de creer) porque cuando se ven esas caras de ilusión se entiende que responden a una realidad, y no a un engaño. Es como cuando en mis cursos afirmo que visionar el éxito te ayuda a conseguirlo, o como cuando pienso que pensar en los seres queridos fallecidos les hace estar vivos.

Pues esta tarde y mañana el deseo de niños y mayores hará que existan de nuevo Sus Majestades, en el corazón de los que creemos de verdad en ellos.

Esta tarde pensaré también en los niños (en los Santos Inocentes) que están muriendo en Palestina o en cualquier otra guerra injusta, pensaré en Sole, en mi Sole (de la que aún no os he hablado, pero os hablaré) que siempre será una niña por mucho que crezca, y pensaré en Emma, a la que como a tantas niñas en países no desarrollados le robaron la infancia. Esta tarde veré a Los Reyes Magos entrar en Madrid y creeré en ellos y les pediré miradas de ilusión para todos los niños y mayores que sufren y que, a veces tenemos tan olvidados....

Y esta noche, un año más, pondré los tres vasitos de licor y los polvorones al pie del árbol, porque nunca dejaré de creer en Ellos.

¡Bienvenidos Majestades!