Pues parece que van acabando las cenas de empresa, y esta semana empieza el núcleo gordo de la Navidad, las cenas familiares. Hoy leo el titular de un artículo en la Razón que me hace reflexionar (eso me pasa por leer La Razón): “Reuniones navideñas: ¿cómo evitar la pelea familiar?” Vamos, que la pelea se da por supuesta, y ahora lo que tenemos que pensar es cómo evitarla, ¿no?
En el artículo, se comentan opiniones de expertos en comportamiento humano que nos aconsejan como no liarla el día de Nochebuena, (por ejemplo no poniéndote hasta el culo de alcohol si no aguantas a tus cuñados).
Es cierto que la Navidad es ante todo una fiesta para vivir en familia (El 72% de los españoles apuesta aún por celebrar la Navidad en su hogar, en compañía de familiares y amigos, según un estudio de Webtools), pero creo también que es verdad (y esto es fruto de mi observación) que a la mayoría de la gente el plan no le apetece demasiado, y no por el hecho en sí de la reunión familiar, sino por la parafernalia logística que ello conlleva. Los que ponen la casa porque les toca siempre a ellos, los que no la ponen porque están hartos de ir a cenar tan lejos, los que le toca con los contrarios, porque no entienden su sentido del humor,… en fin, que todo el mundo tiene motivos para pensar que si pudiesen elegir, libres de convencionalismos sociales elegirían, probablemente otro plan.
Por otro lado, el riesgo de las tradiciones es la nostalgia, ningún año es igual al anterior, y siempre hay motivos, aunque a veces injustificados, para pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor. Esto se acentúa en el caso de las personas mayores, que sienten como pierden fuerza y protagonismo, y más aun cuando faltan seres queridos que antaño compartieron mesa y mantel con nosotros.
Pero quizá esos convencionalismos sociales, y esas tradiciones tan arraigadas son las que nos den cierta estabilidad social, y, también, identidad cultural. Así que si como no nos queda otro remedio, tendremos que seguir los consejos de los expertos, no ponernos hasta las trancas de alcohol, no criticar la comida ajena, o no tratar de demostrar que tenemos más éxito social y económico que el resto de la mesa.
Ya me lo dijo alguien el otro día, "espero que pases unas buenas Navidades, con tu familia, y si no, con tus seres queridos". Hoy también leo en la prensa: "La Familia Real pasará las Navidades separada", esos sí que saben….
1 comentario:
Pues digan lo que digan las encuestas yo me paso el año deseando que llegue la Navidad solo para poder reunirme con toda la familia!! eso si, pereza a veces da, pero eso es inevitable =)
Lo de la familia o tus seres queridos me ha encantado.
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