Me encanta leer estadísticas en los medios, qué sería de mi blog sin ellas. Hoy leo en Expansión y Empleo que, según un informe de Ernst & Young 2009 Global Information Security Survey, el 75% de los ejecutivos señala su preocupación ante las posibles represalias de los empleados que acaban de dejar la compañía.
Al principio me asusté un poco, pero leyendo la noticia con más tranquilidad compruebo que se refiere sobre todo a temor a ciberataques, manipulación, robo de datos, etc, y no a ataques a la mediterránea como el sufrido por Berlusconi.
Aunque la aclaración me tranquiliza, la conclusión que obtengo es la misma, el 75% de los directivos encuestados (de 1900 empresas) creen que sus antiguos empleados pueden tomar represalias contra la compañía. Pues algo habrán hecho, ¿no? No creo que tome represalias el que se va contento de la compañía, el que se va agradecido y se ha sentido bien tratado.
Una represalia es una respuesta de castigo o venganza por alguna agresión u ofensa, es decir, si alguien toma represalias por algo es porque se siente ofendido o mal tratado. Y este es el dato que me preocupa de verdad. No me preocupa tanto la seguridad informática de las empresas, que según la encuesta no es todo lo buena que debiera, sino que lo que me preocupa de verdad es que la mayoría de los que se van, se vayan pensando en tomar represalias. Definitivamente, si eso es así, algo se está haciendo mal, muy mal.
Sólo queda comprobar si, debido a esta preocupación, las empresas van a incrementar su seguridad informática, o si se van a decidir a poner en marcha políticas para evitar que aquellos que, de forma voluntaria, o no, abandonan la empresa, se quedan con ganas de vengarse.
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